5.1 Parte 2




Mistófelis comenzó a seguirlos muy agazapada, como hacen los gatos cuando no quieren que nadie los vea y casi no respiraba para que nadie pudiera oírla.

De repente vio que del otro extremo de la calle se acercaba una multitud de mujeres. También era bastante extraño, porque estaban todas vestidas de rojo y llevaban flores en la cabeza, y cantaban y se reían.

-¡Por Júpiter, están yendo derecho a encontrarse con los hombres lobo! ¡Tengo que avisarles o algo terrible les puede pasar!

Sin pensarlo dos veces pegó un salto para ponerse en medio de las mujeres y los lobos, claro hay que reconocer que Mistófelis era una gatita muy, muy valiente. Justo en ese momento cuando estaba en el aire, sintió que alguien la atajaba. Era la diosa Venus.

-Tranquila Mistófelis.

-Pero, ¿Cómo voy a estar tranquila? Mirá a todos esos hombres lobo, se van a comer a esas mujeres, o algo, tenemos que avisarles. La diosa se echó a reír.

-Mistófelis, no son hombres lobo, son sacerdotes de Fauno Luperco, el dios que nos protege de Pluto.

-¿De Pluto?

-Sí, Pluto, el dios del invierno y el inframundo. Además, los Luperci, que así se llaman estos sacerdotes protegen a las mujeres para que puedan ser fértiles y convertirse en buenas madres.


pluto


-Miau… -suspiró Mistófelis- Ya entiendo por qué están todas tan contentas.

-Bueno, ahora que ya sabés de qué se trata, vení conmigo y miremos la fiesta desde aquí arriba.