3.1 Parte 2





aquiles2


De todas formas la misión de nuestra gatita era convencer a Aquiles, así que tomó coraje, salió de detrás de la roca de donde se había escondido y diciendo –miauuuuu- empezó a refregarse por la pierna de Aquiles una y otra vez. De pronto el héroe de los pies veloces se dio cuenta de la presencia de la gata y la alzó para acariciarla mientras pensaba, por qué nada es tan lindo como acariciar un gatito mientras uno piensa.

-Miauuu-, empezó Mistófelis -Valeroso Aquiles- y se aclaró la garganta, -el de los pies veloces, soy una enviada de Zeus, el dios del rayo.

Al oír esto, Aquiles se rió. No se sorprendió de oír hablar a una gata, porque su maestro había sido un centauro, así que estaba acostumbrado a esas cosas raras.

-¿Y qué quiere ese viejo ahora?

-Bueno, quiere que participes en la guerra de Troya, la ciudad de las fuertes murallas, para que ganen los griegos, porque ya llevan peleando como diez años y están todos cansados de esta lucha, las naves se están rompiendo y muchos quieren regresar a sus hogares en Grecia”


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Al oír esto, Aquiles se paró de un salto, y más enojado que nunca gritó -¡Los Troyanos están ganando porque los está ayudando el dios Apolo! ¡Yo no tengo nada que ver en esto! Así que ¡que ni sueñen conmigo!

Y sin avisar dejó caer a Mistófelis, que por supuesto no se hizo nada porque los gatos son super rápidos y casi siempre caen bien parados.


gata


¡Qué preocupada que estaba Mistófelis! ¿Qué iba a hacer ahora?

Lo que ella no sabía era que allá arriba, en el Monte Olimpo, donde vivían todos los dioses griegos, se había armado una competencia por ver quién ganaba la guerra. Y todos sabemos lo orgullosos que eran estos dioses. ¡No les gustaba perder ni a la bolita! Estaban dispuestos a cualquier cosa con tal de ganar.

Algunos apoyaban a los griegos, como las diosas Hera y Palas Atenea. Otros apoyaban a los Troyanos, como el dios Apolo.

Sin decir una palabra, Mistófeles bajó la orejas, como hacen los gatitos cuando algo no les gusta y tras mirar con ojos de rabia a Aquiles se puso en marcha rumbo al monte Olimpo.

¿Y ahora, cuál sería el plan?

-Lo primero es llegar al Olimpo. Después debo hablar con un dios que me ayude…