5.2 El super mensaje invisible

Mistófelis se acomodó en el mejor lugar de la locomotora, como suelen hacer los gatos. Llevaba el papelito que le había dado Barack entre los dientes. En cuanto se tranquilizó un poco, se sacó el papelito de la boca y se fue a un rinconcito para leerlo tranquila. Pero… ¡Oh sorpresa! el papel sólo decía:


mensaje


Mistófelis se quedó sorprendida, y no sabía qué hacer, así que hizo lo que todos los gatitos hacen cuando no entienden, empezó a oler el papel… y… tenía olor a… a… ¡A limón! Bueno, la cosa es que de todos modos Mistófelis no se resignaba a no encontrar nada interesante en el papel, después de todo, se lo había dado el mismísimo Barack, así que se acercó al fuego de la caldera y… ahí nomás se produjo el milagro. Como por arte de magia, las letras empezaron a aparecer en el papel y de pronto se leyó:


mensaje2