7.3 Parte 4


-Ya es la hora -dijo Sopatrus con voz animada-. Vamos, que quiero estar adelante de todo. ¡No me quiero perder nada! ¡Iujuuuuu!

Sus compañeros de viaje no contestaron, sólo se miraron y con las cabezas agachas lo siguieron detrás. Los beduinos aman las carreras de camellos, así que de pronto el desierto estaba lleno de gente que parecía haber salido hasta de abajo de las piedras. Todos gritaban y agitaban sus pañuelos de colores. De repente, se pusieron todos los camellos en fila y un beduino levantó un enorme cuerno, sopló con fuerza y el aire retumbó con un sonido agudo que hizo que los camellos se lanzaran a la carrera desenfrenadamente. Anitra, montaba un animal fantástico todo vestido de rojo y oro, y ella llevaba un traje de miles de gazas de todos los colores que volaban al viento… …lamentablemente iba última… Sopatrus gritaba como loco, el monje rezaba y Mistófelis se mordisqueaba las pocas uñas que le quedaban. Al ver que Anitra iba última…los tres amigos se miraron y escondieron la cara entre las manos para no ver. De repente Sopatrus, en un acto de valentía abrió un dedo y espió. ¡Anitra estaba a punto de cruzar la meta en primer lugar! -¡Sí, sí, sí! -Explotó Sopatrus-. ¡A-ni-tra! ¡A-ni-tra! ¡A-ni-tra!” Anitra había ganado la carrera, sólo quedaba montarse a los camellos y correr a toda velocidad por las arenas del desierto.