2.4 Parte 5


      De repente, la gran comitiva se detuvo justo delante de una enorme puerta de bronce.

Uno de los guardias dijo unas palabras y la puerta se abrió como por arte de magia.

      Mistófelis dio un super salto y trató de meterse junto con Teodora pero no tuvo suerte, la pesada puerta de bronce se le cerró en las narices.

      La gatita puso carita de minino inocente, con ojitos tan suplicantes que cualquier caía rendido a sus encantos, miró al guardián de la puerta y maulló.

      -Miauuuuuu, ¿puedo pasar?

      El guardián movió la cabeza con un no rotundo y dijo con voz muy, muy grave.

      -Para entrar tendrás que descubrir cinto pistas, recién entonces habrás probado tu nobleza para traspasar la puerta de bronce.